martes, 25 de septiembre de 2012

A la atención de...

 Estimados Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre, Ana Mato y quien corresponda en materia de salud.

Mi nombre no es importante, soy una persona cualquiera con una vida estándar, una de los 40 millones que viven en España durante el gobierno del Partido Popular.
Les escribo desde la zona de espera de la UCI del hospital Ramón y Cajal, y no lo hago pensando en que ninguno de ustedes puedan o quieran hacer algo, sólo espero que tengan constancia de una situación real y sepan con este ejemplo concreto en qué desembocan lo que ustedes califican de pequeños ajustes.

Si empiezo por el principio diré que por azares de la vida hace 8 meses le detectaron a mi madre un cáncer de mama en un estado relativamente avanzado y desde entonces nuestra vida se ha convertido en una especie de gimkana de idas y venidas al hospital y tratamientos que no se cumplen.
Empezamos con las típicas pruebas de diagnóstico, que me consta alguno de ustedes conoce muy bien, sin notar ninguna deficiencia de atención y con la calma de ponernos en manos de los trabajadores de la sanidad pública, pero en este corto lapso de tiempo hemos pasado de pensar en las altas tasas de curación que tiene este tipo de cáncer, a saber que ahora estamos hablando de un estadio incurable y que es cuestión de días que se produzca el peor desenlace. Este cambio se debe únicamente a sus políticas en materia de salud, que suponen para los médicos elegir a quien pueden tratar y qué casos deben dejar pasar por falta de recursos para todos, porque desde que empezaron sus mal llamados ajustes los hospitales públicos se han ido convirtiendo en una pesadilla de tratamientos que no llegan y sanitarios a los que no se permite hacer su trabajo.

Según el médico que la trata, el cáncer de mi madre hubiera requerido sesiones semanales de quimioterapia para llegar así a un estado óptimo para realizar la operación. Pues bien, las sesiones se fueron espaciando en el tiempo, una vez a la semana se convirtió en una sesión cada 15 días y más tarde en sesión mensual.Cuando preguntamos el motivo por el que el tratamiento se espaciaba más de lo que nos habían recomendado, los médicos nos dijeron que se había recortado el presupuesto de los hospitales públicos y que intentaban que los tratamientos llegaran a todos los enfermos, lo que generaba largas listas de espera y que se incrementara el tiempo entre sesiones.
Al no cumplir los plazos establecidos la medicación tuvo un resultado prácticamente nulo, lo que supuso el empeoramiento de mi madre y la imposibilidad de realizar la operación planeada, y como es por todos conocido cuando una enfermedad de este tipo no recibe el tratamiento adecuado, en un breve periodo de tiempo se agrava considerablemente, lo que por otra parte también supone un gasto extra para el hospital. Así que tras varias pruebas, reuniones y análisis, los sanitarios se decidieron por un método más arriesgado, para intentar revertir una situación ya de por sí complicada. Como es lógico y ellos ya sabían fue imposible.  Han pasado 6 meses ya y el único tratamiento es ir evitando el dolor que pueda sufrir y esperar el fatal desenlace. En boca de su médico  " Hace 3 años no estaríamos en ésta situación. Sólo recibiendo las sesiones de quimioterapia necesarias se habría abierto un abanico de opciones, con unos resultados positivos. Hemos hecho todo lo posible, pero nos han limitado los recursos y a día de hoy tenemos que ser nosotros quienes decidimos a quien se le dan o no las sesiones" 
Como es normal cuando se carece de recursos para todos y hay que seleccionar a quien se le da un tratamiento, no se tiene en cuenta entre las opciones a personas que como mi madre tienen un estado tan avanzado, porque utilizar recursos en ellas reportaría muy poco beneficio y sí evitaría que gente con pronóstico menos grave pueda mejorar.

Desde varios sitios me han propuesto denunciar a Sanidad, al hospital o a quien corresponda, pero no tengo pensado hacerlo de momento. Lo que sí me gustaría es que ustedes tengan constancia y conozcan de primera mano lo que sucede en los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid y que con éste ejemplo concreto que seguro le sucede a mucha gente, además de los datos de los que disponen sean capaces de explicar a todas las personas que pasan por esta situación que los ajustes en sanidad son imprescindibles, que es más importante pagar la deuda que financiar tratamientos médicos y que España necesita con más urgencia pagar 1.700 millones de euros en armamento en lugar de permitir a los sanitarios realizar su trabajo.

Si son ustedes capaces de justificar los recortes de presupuesto en sanidad sabiendo lo que supone, los ciudadanos sabremos a que atenernos con su gobierno, y si se dan cuenta de que los ajustes no son más que dejar de lado a una parte de la población, están a tiempo de rectificar.En cualquier caso  cuando salgamos de la crisis, siempre podrán explicar a todos los hijos, hermanos, padres y abuelos que han perdido a un familiar en este camino de recortes que era lo que había que hacer y que ustedes hicieron lo correcto.

Yo estos meses no he podido dormir, espero que ustedes sí. 








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